"Me aguanto por los hijos", "Seguimos juntos por los niños".
-Frases de algunos padres de familia.
Para poder darle lo mejor a los hijos, primero hay que estar bien con uno mismo, poder disfrutar nuestra vida sin depositarles una carga tan pesada como lo es que de ellos dependa toda nuestra felicidad.
De igual manera, como pareja, no es justo que sea responsabilidad de los niños mantener unidos a los padres, cuando estos ya no se toleran, y terminan peleando frente a ellos de manera constante, rehusándose a buscar alternativas ya que tienen que seguir así "por los hijos".
Este es un tema muy amplio de reflexión, que nos invita a analizarlo y replantearnos nuestro sentir, por lo que aquí se brinda un texto que nos anima a pensar al respecto.
Reflexión: No vivas sólo por tus hijos
"No vivas sólo por tus hijos...Te lo suplico ¡no vivas sólo por tus hijos!
No solo NO lo necesitan, eso les hace daño.
Cuando el niño se convierte en la razón de vivir de sus padres eso es demasiado para él. Es como si lo encerraran en una habitación en la que un día se acabará el aire; aunque al principio puede respirar, llegará el día que empiece a ahogarse. Ahogarse en medio de tanto “amor y cuidado“.

Ama a tu cónyuge. Los niños crecerán y él o ella se quedará contigo. Puedes ser tú quien de ejemplo a los niños acerca de cómo llevar una vida de pareja saludable, para que ellos mismos quieran tener su propia familia, pero también puedes truncar el deseo de tu esposo o esposa si te metes demasiado en los problemas de tus hijos y te olvidas de él o ella.
Ámate. No te olvides de ti mismo cuando luches por la felicidad de tus hijos. No te niegues un vestido o una corbata (por ejemplo) por comprar un nuevo juguete, no cambies tu salón de belleza o tu hobbie por pagar un nuevo profesor particular; si tú no cuidas de ti mismo ¿qué le puedes dar a los demás? ¿Qué ejemplo les darás? ¿Qué amor?

No vivas sólo por tus hijos, te lo suplico. Cuando encuentro niños y adultos cuyos padres lo dieron todo y más por ellos, me duele mucho verlos a los ojos. En muchos de ellos veo mi propio dolor, veo tristezas, corazones rotos, almas vacías. Sus ojos gritan por ayuda, gritan de dolor, de desesperación y de culpa. Ellos, como todos los niños, quieren amar a sus padres, pero si lo hacen seguramente no sobrevivirían a sus cuidados.
Dales a tus hijos la oportunidad de vivir y respirar. Así podrán crecer y desarrollarse en el área que tengan destinada. Nuestro rol como padres es muy sencilla: regar a tiempo pero no ocultar del sol, proteger de las malezas; después el niño, tal como una flor, podrá crecer por su cuenta y mostrar lo mejor de sí. - Anónimo"
Busca primero tu bienestar para poder ayudar a los demás, analízate, compréndete, quiérete. Se feliz y así podrás compartir felicidad y educar con el ejemplo a tus hijos.
Lic. Mayela Pérez, Psicóloga Clínica en Monterrey. N.L.
Contacto: PsicologaMayela@gmail.com
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