Atención Psicológica

La salud es un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de enfermedad. En terapia se nos brinda un lugar para hablar de todo aquello que no se puede decir en otro lugar, ni con otra persona.

Lidiar con el estrés

La atención psicológica nos brinda las herramientas para lidiar con los problemas y el estrés que surge en todos los ámbitos de nuestra vida.

Terapia de Pareja

Todas las parejas tienen crisis y atraviesan por malos momentos, dependiendo de cómo enfrenten estos problemas, podrán o no recuperar el amor en su relación, y es aquí donde puede ayudar la terapia de pareja.

Bienestar Familiar

Ser padres es uno de los retos más grandes de la vida y siempre se desea lo mejor para los hijos, sin embargo, ellos pueden pasar por muchas dificultades en la infancia, por lo que necesitamos herramientas para hacer frente a estos retos.

Solucionar problemas

Muchas veces, durante la vida, se presentan situaciones de cambio, inseguridades, baja autoestima y dificultades al relacionarnos con las otras personas, por lo que es importante tener un espacio para buscar darle solución a todos estos problemas.

El valor de las palabras


“Las palabras son un rompecabezas que reflejan nuestros pensamientos, solo hay que ordenarlas y allí resolveremos el enigma...”

En ocasiones olvidamos la importancia de las palabras en nuestra vida, sin embargo toda la comunicación social se realiza en cierta medida mediante palabras, habladas, escritas, señas, no importa, sigue estando presente el lenguaje, y el lenguaje nos constituye como personas, como parte de la sociedad en que vivimos.

Con palabras expresamos nuestros problemas, nuestras preocupaciones y nuestros sueños, una palabra nos alegra el día, y otra puede arruinarlo, recibimos noticias con palabras y se nos traba la lengua al pronunciar alguna que este cargada con emociones. Sin embargo,  aún en la actualidad, cuando se está en un tratamiento psicológico, algunas personas  (principalmente parientes cercanos al paciente)  no pueden creer la importancia que tiene la palabra hablada en la cura, desearían ver algo más tangible, y olvidan que estamos inmersos en una sociedad de palabras, que las palabras nos determinan desde el punto en que, por ejemplo, existe nuestro Nombre. Hay que recordar que mediante las palabras, una persona puede hacer feliz a otra, o por el contrario, empujarla a una desesperación

¿Cómo se si necesito un psicólogo?



Muchas veces esta pregunta aborda nuestras mentes,  nos sentimos agobiados y aunque sabemos que precisamos ayuda, nos da miedo lo que puedan decir los demás. Lametablemente antes se pensaba que para asistir con un especialista de salud mental se necesitaba estar "loco" o demasiado enfermo, sin embargo, esto no es más que un tabú muy antiguo. Hoy en día se acepta ampliamente a la psicología como una parte fundamental de la salud, que nos ayuda a mejorar nuestra calidad de vida, a conocernos a nosotros mismos y a encontrar las herramientas para resolver los problemas que nos aquejan.

Cuando llegamos a la conclusión de que necesitamos buscar un psicólogo, probablemente ya hemos intentado resolver nuestras dificultades de diferentes formas, nos sentimos "ahogados" en la situación o deseamos saber porque realizamos ciertos comportamientos. Todo esto es consecuencia de problemáticas que hemos venido arrastrando y que se han incrementado con el tiempo, las cuales coincisten en un motivo de consulta por si mismas.

Atención Psicológica en la Adolescencia


La adolescencia es una etapa de la vida donde predomina la confusión. El adolescente vive muchos cambios que llegan sin previo aviso y  tiene que verse en la dura tarea de integrarlos todos en su vida y entorno.
 
Existen cambios en su cuerpo generados por las hormonas, de relaciones sociales, enamoramiento, de gustos y preferencias; en definitiva, se comienza una ruptura con el mundo infantil y se da paso a la entrada en una nueva etapa de la vida, que no todos los jóvenes viven de la misma manera. 

Hay algunos adolescentes que hacen la transición sin problemas, sin embargo, hay muchos que no consiguen que esta etapa sea transitoria y llevadera, sino que experimentan grandes dificultades. Con tantos cambios, existen sentimientos de soledad, de incomprensión, agresión, confusión, angustia, miedo, incertidumbre, tristeza, dudas, etc. 

Atención Psicológica para los Niños



La terapia dirigida a los niños, conocida como Psicoterapia infantil, se refiere a las técnicas y métodos usados para poder ayudar a niños que tienen problemas con sus emociones y en su comportamiento. Lo que se busca es devolver al niño su creatividad, su libertad de pensar y crecer sanamente, así como buscar que tenga una vida más feliz y plena.

En el caso de la terapia infantil con los niños, las sesiones son de juego libre (siendo este considerado como el equivalente a hablar en adolescentes y adultos) mediante el cual el niño expresa, hace consciente su problemática y determina las posibles soluciones.

"Los niños también tienen problemas"
El trabajo del psicólogo es interpretar y  ayudarle al niño a darle sentido a su juego para que se haga consciente de lo que está expresando en el mismo. De esta manera el niño va solucionando los conflictos que le pudieran estar causando sufrimiento, incomodidad, enojo o confusión.

La participación y el compromiso de los padres es muy importante, por lo que en un inicio se tienen sesiones de entrevista con ellos, donde se recopila la información pertinente de la historia de vida del niño y sus problemáticas. Además, se tienen sesiones mensuales con los padres, para revisar el seguimiento en casa de las recomendaciones, así como nuevas sugerencias basadas en lo expresado en las sesiones.




Cambios psicológicos y sociales en la adolescencia




Uno de los principales cambios que se viven en la adolescencia tiene que ver con la aceptación y adaptación al nuevo cuerpo, ese cuerpo que es muy diferente al que tenías de niño o niña. Todos los cambios físicos generan sentimientos de preocupación y ansiedad. 

Esta situación provoca una especie de aislamiento (un ejemplo de esto es que se prefiere pasar mucho tiempo a solas encerrado/a en el cuarto) y a la vez a una exploración constante del cuerpo. También surgen sensaciones de vergüenza e incomodidad, especialmente por la creencia de que las demás personas están muy pendientes de los cambios que ha experimentado nuestro cuerpo. Esto también genera que se le dedique mucho tiempo y atención a la apariencia física, probando nuevas formas de vestir, peinarse, hablar, caminar, con la intención de mostrarse más atractivo y de ser aceptado.

La nueva apariencia no solo modifica la relación y la imagen que se tiene, sino que también produce cambios en las relaciones con las otras personas. Esto porque al dejar atrás el cuerpo de niño o niña, las personas adultas te perciben de manera diferente, y esperan que “si tu cuerpo es de adulto, actúes como adulto, lo que puede causar problemas si se delegan responsabilidades para las que emocionalmente no estés preparado.

Otra situación que suele pasar es que se genere un distanciamiento físico entre el o la adolescente y sus padres o personas adultas cercanas, a diferencia de la época infantil en la que solían intercambiar besos, caricias y abrazos. Esta distancia física puede resultar muy dolorosa para ambas partes. Conforme va pasando el tiempo, y se logra conocer y explorar el cuerpo, las preocupaciones van disminuyendo y se va viviendo una mayor aceptación y comodidad corporal.

En los últimos años de la adolescencia, generalmente se experimentan sentimientos de tranquilidad con respecto al propio cuerpo, lo cual permite una integración del esquema corporal (o sea, la imagen interna que tenemos de nuestro propio cuerpo). Es definitivo que la forma en cómo se viven y sienten todos estos cambios físicos, así como la reacción de las personas que nos rodean ante ese nuevo cuerpo, van a determinar la autoestima y el autoconcepto que tengamos de nosotras/os mismas/os.

Otro proceso propio de la etapa adolescente es la adquisición de nuevas capacidades de pensamiento. Lo que sucede es que en la infancia, se tiene un pensamiento de tipo concreto, es decir centrado en una sola cosa a la vez y basado en el aquí y ahora de la realidad (lo que se ve). En cambio, en la adolescencia se adquiere una forma de pensar de tipo formal o hipotético-deductivo, con la cual se puede razonar e ir más allá de las experiencias concretas.

De esta forma, las y los adolescentes se interesan en problemas que no tienen que ver con su realidad cercana, desarrollan su capacidad crítica, piensan en valores y consecuencias a largo plazo, disfrutan de la capacidad de reflexionar y explorar sus sentimientos y pensamientos, entre otras cosas. Todo esto les permite tener posiciones propias —las cuales defienden “a capa y espada“— y cuestionar a las personas adultas que ocupan algún lugar de autoridad, como los padres, madres o profesores.

Pero reflexionar no solo sirve para contradecir, sino que también les permite analizar experiencias, sacar conclusiones, y tener una conciencia más realista. Además, en la adolescencia se re-construye la identidad, es decir, se busca la respuesta a la pregunta ¿quién soy?, mirando hacia atrás (o sea hacia lo que ha sido su vida) y reflexionando sobre las nuevas experiencias adquiridas. Este cambio no se vive solamente en la adolescencia, ya que la identidad no es estática, sino que a lo largo de toda la vida se continúa elaborando en ciertos momentos. Por ejemplo cuando se tiene un hijo o hija, cuando se llega a la tercera edad o cuando se da un movimiento social muy importante.

Para lograr esto, se viven situaciones como: la renuncia a la dependencia de los padres, la búsqueda de la autonomía e independencia, el cuestionamiento de la autoridad de las personas adultas, el interés por tener amistades, la importancia de pertenecer a un grupo de amigos o amigas, entre otras. Está claro que las relaciones con las personas adultas cambian drásticamente, especialmente con los padres, lo cual puede generar situaciones de conflicto ante el cuestionamiento, desafío y necesidad de probar su autoridad. Sin embargo, si las personas adultas enfrentan estas experiencias con tranquilidad y facilitan la adquisición de la autonomía del o la adolescente, la transformación de estas relaciones no tiene que ser algo negativo.
Además las relaciones con las personas de la misma edad (grupo de pares) se vuelven muy importantes y necesarias, ya que estas permiten comprender mejor los cambios y vivencias que se tienen; encontrar un lugar propio en un grupo social; obtener apoyo y afecto; explorar conductas y destrezas sociales; expresar abiertamente sus deseos y necesidades. El otro cambio del que hablaremos se refiere a la construcción de proyectos de vida para el futuro. Los proyectos de vida no se limitan a lo que se va a estudiar o en lo que se va a trabajar en el futuro, sino que se refieren también al lugar que se desea ocupar en la familia, la elección de pareja, el papel que se va a asumir en la comunidad, por ejemplo.

Para definir el proyecto de vida, se deben tomar en cuenta los intereses de la persona pero también sus características y habilidades personales, de manera tal que pueda lograr el mayor nivel de realización personal posible. Muchas veces, al inicio de la adolescencia, las personas se dejan llevar por influencias familiares al tratar de definir lo que quieren hacer en el futuro, o por pensamientos idealistas (por ejemplo, ser una estrella de cine). El problema es que a veces estas ideas no corresponden con las posibilidades reales para realizarlo. Después, las y los jóvenes se ponen más realistas, reconocen sus limitaciones y ubican sus aspiraciones en sí mismas/os. Sin embargo, las angustias e incertidumbres sobre su futuro van en aumento.

Al pasar del tiempo, y casi que al acercarse a la vida adulta, la mayoría de adolescentes logran más claridad con respecto a lo que desean, las posibilidades que tienen para llevar a cabo sus proyectos, y la forma en que lo harán.

Se descubre "lo social", a la persona le importa pertenecer a un grupo y compartir ideas o gustos. Aparecen cambios en la capacidad de integración social, en el grupo de iguales se conforman una serie de normas y nuevos valores.

Se sigue formando y consolidando la identidad sexual y afectiva; de un grupo más numeroso como la pandilla se pasa más tarde a la formación de parejas.

En los últimos años de la adolescencia se puede producir la integración laboral.