Durante mucho tiempo, la mayoría de las personas han pensado que los animales no tienen emociones, que son simples criaturas que pueden ser tratadas como juguetes u objetos. Esto es lamentable, y no podría estar más alejado de la realidad.
Biológicamente, los animales vertebrados tienen todas las estructuras cerebrales y la fisiología para poder desarrollar emociones, y para demostrarlas, aunque no de una manera verbal (ya que no poseen un lenguaje estructurado como nuestro idioma), sí se logran comunicar de una forma conductual claramente apreciable cuando se observa un animal. Por lo tanto, podemos afirmar que los animales son capaces de sentir emociones (Patiño, 2006).Se ha demostrado mediante los estudios de diversas universidades, que los animales son criaturas biológicas capaces de experimentar las emociones básicas de felicidad, miedo, ira, tristeza, etc. de una manera similar a los humanos, por lo que ante una situación que se les presenta, pueden tener todo este tipo de reacciones emocionales, sin embargo, las limitaciones vienen en el desarrollo de emociones complejas, como la culpa, el arrepentimiento o los celos, ya que estas involucrarían niveles más altos de conciencia de sí mismo, lo cual no se ha encontrado todavía en animales.
En base a lo anterior, es muy importante si se tiene hijos, poder enseñarles a cuidar a sus mascotas y a
los animales en general, ya que se están dirigiendo a otros seres vivos que tienen emociones, por lo que el respeto a la vida ayudará a formarlos como personas de sociedad, que se preocupan por el bienestar de los demás, así como a mejorar el contacto con otros seres humanos, ya que si un niño desde pequeño violenta animales indefensos, es más propenso a que el día de mañana, participe en actividades delictivas e incurra en violencia familiar.
Lic. Mayela Pérez, Psicóloga Clínica en Monterrey. N.L.
Contacto: (81) 89956057 / PsicologaMayela@gmail.com
Solicita información y una cita mediante WhatsApp: 8119005494
Fuentes:
2006, Edwards, C. Hernández, S. ¿Existen o no emociones en los animales?. Vol. 17
