Autoestima





Todas las personas tienen una gran gama de sentimientos, los cuales han aprendido a manifestar de diferentes maneras, todo esto de acuerdo a su forma de ser o a su personalidad. Esta “forma de comportarse” y vista tambien como esta "forma de quererse" es lo que va constituyendo la autoestima.

Pero, ¿Que es la Autoestima?


La autoestima es nuestra manera
 de percibirnos y valorarnos.
La autoestima es considerada como el sentimiento de valor que damos a nosotros mismos, a nuestra forma de ser y la manera en como percibimos nuestra personalidad y rasgos corporales, mentales y espirituales. Esta se puede cambiar y mejorar, ya que desde niños comenzamos a formarnos una idea de como nos ven nuestros mayores y en conjunto con nuestras experiencias vamos constituyendo nuestra forma de ser y valorándonos.

Causas de una baja autoestima


Una persona que no tiene confianza en sí misma, puede que sea así por experiencias que así se lo han hecho sentir o por mensajes de desaliento trasmitidos por personas importantes. También la familia, los valores que son transmitidos y el ambiente que se lleva a cabo dentro del núcleo familiar juegan un papel crucial en la formación de la autoestima. 

Otra de las causas por las cuales las personas llegan a desvalorizarse, es por la constante comparación con los demás, un ejemplo de esto sería el “sentir que no es tan bueno como el compañero en el trabajo”, que “la otra persona es más atractiva”, o que “el vecino es mucho más exitoso”, etc. La persona no comprende que todas las personas son diferentes, únicas e irrepetibles, por lo que se consideran menos que los demás.

¿Cómo es una persona con un adecuado nivel de autoestima?


Una correcta autoestima se ve reflejada cuando una persona cree firmemente en ciertos valores y principios, confía en su propio juicio y en su capacidad para resolver sus problemas, sabe que es una persona interesante y valiosa para otros, no se deja manipular por los demás y es capaz de disfrutar diversas actividades como trabajar, jugar, descansar, caminar, estar con amigos, etc. Además, es una persona sensible a las necesidades de los otros. En resumen, una persona que tiene una buena autoestima no necesita competir, no se compara constantemente ni envidia a los demás, no se justifica por todo lo que hace, no cree que está molestando o haciendo perder el tiempo a otros, y se da cuenta de que los otros tienen sus propios problemas en lugar de echarse la culpa “por ocasionar molestias”.

Es importante recordar que una autoestima adecuada, que se encuentre vinculada a un concepto positivo de mí mismo, aumentara el nivel de seguridad personal, potenciando así la capacidad para desarrollar exitosamente múltiples habilidades. Sin embargo, una autoestima baja enfocará a la persona hacia la derrota y el fracaso, lo que la llevará a menospreciar sus capacidades y disminuir su autorrealización personal.

¿Qué hacer?


Como se mencionó anteriormente, hay muchos factores que interfieren en una baja autoestima, ya que todos tenemos en el interior conflictos no resueltos, aunque no siempre seamos conscientes de estos. Los sentimientos ocultos de pena y dolor suelen convertirse en enojo, frustración y ansiedad, ocasionando que al paso del tiempo, dirijamos ese enojo en contra de nosotros mismos, dando lugar a sentimientos de minusvalía y tristeza. Es frecuente que se vean manifestados como “odio a nosotros mismos”, “ataques de ansiedad”, “cambios de humor”, “ver siempre el lado negativo de las cosas”, “sentimientos de impotencia y autodestructivos”, entre otros.
 
Todas estas sensaciones y conflictos internos, permanecen dentro de uno mismo, debido a que cuando una persona no logra ser autentica y estar feliz consigo misma, es cuando surgen los mayores sufrimientos, ya que se presenta una constante insatisfacción personal. Debido al peso que una baja autoestima sucia dentro de nuestras vidas, y a la manera en que afecta nuestros ámbitos de desarrollo personal, es importante tomar un espacio y comenzar a preocuparse por uno mismo, aquí es donde la ayuda terapéutica puede ayudar a enfocarnos en resolver los problemas de nuestro interior, ya que al buscar dejar atrás estos sentimientos de impotencia y superarlos, iremos mejorando poco a poco nuestra autoconfianza y logrando fortalecer nuestra autoestima, lo cual permitirá abrir las puertas una mayor plenitud de vida. 


Referencias Bibliográficas:
Shibutani (1971). “Psicología social y psicología” Editorial Paidós. 
Asociación argentina de prevención de la violencia familiar (1998). “Manual de capacitación y recursos para la prevención de la violencia familiar”.


 Lic. Mayela Pérez, Psicóloga Clínica en Monterrey.  N.L.
Contacto: (81) 89956057 / PsicologaMayela@gmail.com
Solicitar informes y una cita mediante WhatsApp: 8119005494