Mil gracias Mamá por las charlas y consejos, por las noches sin dormir, los disfraces de última hora, por ir, venir, llevarme, recogerme, esperarme, acompañarme, por los besos y los abrazos.
Por cuidarme, por creer en mí, por ser mí mejor maestra, por quererme tal como soy, por tu amor infinito, por las vacaciones.
Por las mañanas de cosquillas, las fiestas de cumpleaños, las noches de cuentos, las tardes de cine.
Por los límites, la disciplina, el autocontrol y con ello el deseo de saberme bueno, noble e íntegro.
¡POR DÁRMELO TODO!...
Muchas veces no nos damos el tiempo para agradecer a las personas que queremos, pero si no se los demostramos, con acciones o palabras, aunque nosotros mismos sepamos lo que sentimos, la otra persona no lo sabrá.
